Creía que estaba funcionando desde entrada, desde el 10 de septiembre y sí, estaba funcionando pero todavía no estaba dándole realmente todo lo que podía darle, o mejor dicho, sólo le estaba dando una pequeña parte de los grandes beneficios y éxitos que vamos a conseguir juntos. Ambos sabíamos que lo mejor estaba por llegar,... Sólo faltaba dar un paso más hacia adelante para comprobarlo. Ya vamos tres pasos por delante en el proceso.. Y un millón de pasos por delante en la ilusión perdida. (Memorias de una Implantada Coclear).
Había pasado el mes y medio esperado para la nueva programación. Lo que yo no sabía es que iba a ser la primera de todas...
El día 10 de septiembre me conectaron con cuatro programas que tendría que subir cada semana, tal como he ido explicando y contando cada avance semana a semana. Pero éstos cuatro consistían únicamente en devolverme los sonidos. En adaptarme a volver a oír después de tanto tiempo de "oído dormido", en darle estímulo.
Llegué al hospital y me atendieron según llegaba, me desconectó el implante y empezó a mirarlo por el ordenador, una vez que lo encendió para programarlo empecé a oír de nuevo. Me preguntó si me molestaba dado que me lo había puesto fuerte (alto). Empecé a notar la diferencia de volumen justo empezó a hablarme. "¿Qué si me molesta? No, ¡¡¡¡No me lo quites!!!!" exclamé medio desesperada. Sonrieron tanto él como mi madre. Para el doctor, que dijese eso era positivo, pues significaba que estaba oyendo bien.
Estuvimos hablando de mi primer mes y medio, le conté que muchas veces sentía como estaba estancada, que tenía la sensación de tener un audífono porque en sitios muy ruidosos no escuchaba nada, el descontrol que tenía cada vez que hablaba sin poder moderarme la voz al no escucharme yo por el ruido... Empezó a explicarme muchas cosas, y me sacó de muchas dudas que se generaron en este mes y medio. Para empezar, no me estaba escuchando mi voz en ningún momento, sólo la oía. No es lo mismo escuchar que oír. Escuchar es entender y oír es simplemente oír el sonido. No estaba entendiendo, porque los programas varios que tenía no eran para entender, era como dije, de adaptación. Eso no quiere decir que nunca entendiese, claro que podía entender y más si estoy trabajando el progreso con una logopeda. Pero que no entendía la mitad de lo que iba a entender ahora. Me hizo las demostraciones...
Empezó por provocar sonidos para diferenciarlos, como en la primera consulta de conexión, tocaba madera, madera dura, metal, cartón,... Los diferenciaba bien. Luego se puso detrás de mí y empezó a hablarme. Despacito y me decía que repitiese con él. Iba diciendo palabras y las solía entender en mayoría. Hubo algunas como escalera que entendí cristalera o armario entendiendo calvario, luego practicamos cómo sonaba una y cómo la otra. Luego siguió haciéndome preguntas desde detrás de mí. Y pudimos mantener la conversación. Cuando terminó me dijo "¿Ves?... ¿Te has dado cuenta que llevamos rato hablando sin mirarme?; pues así es con todo, desde que tu cerebro empieza a asociar las palabras y a acostumbrarse será así, automático ya". Luego me dijo que tengo que perfeccionar mi voz, que lea mucho en voz alta. Que me cambiaría la voz. Dice que mi tono va normal y bajando, se me va yendo la entonación y puede llegar al momento que no me entienda. Y para que me entiendan los demás, tengo que entenderme yo primero. Escucharme en alto y entenderme. Así que estuvimos leyendo. Me paró un par de veces porque iba muy rápido y me dijo que así no. Así que perfeccionamos la práctica hasta que llegamos al punto de cómo tengo que hacerlo.
Yo le dije que creía que mi voz no tenía que ver con mi problema auditivo. Pues, hay muchas personas que no tienen este tipo de problemas y hablan muy mal. Me dijo que es cierto, que hay gente que habla muy mal y que cuesta entenderla. Pero que a esas personas hay que frenarlas cuando hablan, porque él, por ejemplo, no tiene problemas auditivos, y también le pasa que no entiende a personas cuando le hablan. Por ello, cuando no se entiende hay que poner el freno y decir: "Mira, no te estoy entendiendo". Que lo diga sin miedo, ni problema, que eso nos pasa a todos. Pero que lo de perfeccionar mi voz si es cosa mía y nada más que mía.
Me explicó que es pronto para hablar por teléfono. Que si lo hice y entendí bien estaba muy bien, pero que aún es muy pronto porque llevo muchos años dependiendo de la lectura labial y requiere mucha práctica y esfuerzo. Le pregunté por el cable que va del implante al teléfono para entender mejor, y me dijo que no me preocupase, que el día que pueda hablar volver a hablar por teléfono no voy a necesitar el cable. Me recomendó que para empezar, use el manos libres poniéndolo cerca del implante y practique mucho con él antes de volver a usarlo por el oído directamente.
Habló también de por qué cuesta entender sin leer los labios. El cerebro tiene una parte que es del oído y de la vista. Al acostumbrarme a leer los labios, la vista se comió esa parte del oído, y ahora tiene que ser al revés, el oído tiene que volver a recuperar su parte del cerebro. Me dijo que no me engañaba, que es así y así será. Que mi madre se va a sorprender mucho, y yo. Todavía me falta mucho por ver. En principio, me voy a sentir insegura pues cuando me hablen, no voy a saber si realmente me dijeron lo que me dijeron o realmente estoy entendiendo otra cosa. Pero que es algo absolutamente normal, y que irá a menos con el tiempo. Llegando al día en que esté segura y me olvide de leer los labios por completo.
Cuando regresaba a casa, hablé todo el camino con mi madre a oscuras en el coche, sin necesidad de encender la luz para apoyarme en la lectura labial como hago siempre. Y mantuve toda la conversación con ella sin tener que mirarla ni una sola vez.
Viendo la tele, voy siguiendo o más bien intento seguirla aunque tenga subtítulos, porque me esfuerzo en escuchar y luego comprobar si escuché lo que era. Ahora uso el subtítulo como ejercicio y me va mucho mejor. La verdad que me doy cuenta de la dosis de cambio que me han dado.
No había oído música ni el viernes, ni el sábado y, ayer me puse en Youtube. Creo que hacía tanto tiempo que no oía la música así de bien. Ahora sí que puedo decir que no quiero más. Tengo lo que añoraba.. Oírla, escucharla y poder seguirla. No la entiendo sin subtítulos, sólo algunas palabras o frases y las conocidas que me sé de siempre, pero al ponerla y escuchar... no hay nada igual.
Tengo sólo un programa. Lo tengo que tener cuatro meses, porque contabilizando los casi dos que llevo, serán seis, y es cuando se puede hablar de resultados.
Yo era feliz con tan poco, con los programas de adaptación. Volvía a oír y es un vacío que con poco se llenaba. Sabía que lo mejor estaba por llegar, pero nunca imaginaba que fuese así. Y lo que más me alegra saber, es lo que queda... Todavía queda un largo camino, que tendré que andar con sus pros y sus contras. Sé que habrá días malos pero, de momento, desde el viernes no ha habido ni un minuto malo para mí.
Mientras escribía esto, escuchaba música, la lluvia, el sonido de las teclas... Que antes lo oía... Pero no con el mismo volumen que ahora, no tan claro... Es tan difícil de explicar...
¡¡Qué maravilloso es el mundo de los sonidos!! Como siempre digo, puede que parezca bobería o cursilada lo que escribo pero, a quién le de esa sensación le deseo de todo corazón que nunca le falte el oído... Porque se pierde todo. Ver y no entender es tan malo como escuchar y no ver. Como no oler, como no sentir,...
Y ahora...
¡¡¡¡Que quiero escucharla toda!!!!
Podría decir que estoy feliz con mis resultados, pero me quedaría muy corta. No existe palabra que defina cómo me siento ahora mismo.